El otro día fui al video y alquilé "Taxi Driver". La había visto hacía muchos años y recordaba el clima violento y asfixiante de la película, pero no la historia.

Volver a ver a Robert De Niro en el papel del taxista que decide hacer algo para limpiar la ciudad de tanta "basura", es realmente una satisfacción. También redescubrir la belleza de Cibyll Shepherd y la actuación impresionante de la pequeña Jodie Foster.

Para quien no la haya visto nunca, la película de Scorcese es como subir a una montaña rusa, una vez que se está en la cima, la caída es cada vez más vertiginosa.

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