Desde que existe la blogósfera hispana, la traducción del término inglés blogger al castellano ha sido tema de innumerables debates.
A falta de una palabra que signifique lo mismo, se inventó otra (bitacorero) o se trató de adaptar el anglicismo (bloguero).
Sin embargo, lo malsonante de ambas expresiones hacen que la mayoría siga utilizando la palabra inglesa.
En lo personal, he optado por emplear el término original, aunque con una grafía que permita su lectura en castellano: blóguer.
Creo que de esta forma se respeta lo que sostiene J. González Ruiz: “La aceptación del neologismo debe seguir este proceso: carencia de una palabra castellana propia para significar lo mismo; adaptación morfológica de la palabra nueva, con plena conciencia de que se atiende a su aclimatación”.(*)
(*) “La Nación. Manual de Estilo y Etica Periodística”, pag. 214
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