La música ocupa casi todo el tiempo de Ezequiel Gesualdi. No es para menos: su abuelo, su padre, sus hermanos, sus primos y tíos son músicos, y él heredó la misma pasión.
A pesar de que tiene sólo 17 años, desde hace ya largo tiempo que colabora con su padre, Juan Carlos Gesualdi, en el Instituto Orquestal.
Ha tocado todos los instrumentos, aunque comenzó a los 6, con la batería. Con su abuelo se presentaba en la Villa balnearia. Luego integró varias agrupaciones, entre ellas la Jazz Brass Ensamble.
Aunque es trombonista, baterista y bajista, en los últimos años eligió el trombón, al igual que su primo Martino Gesualdi, que toca en Los Cafres.
"Este es el tercer año que estoy enseñando en el Instituto", explicó Ezequiel, un chico de pocas palabras, que parece tener varios años menos.
Este año armó un grupo de rock para participar de los Torneos Juveniles Bonaerenses y la banda ya se clasificó para la final, que se realizará el mes próximo en Mar del Plata.
"Participaron 200 bandas de la Provincia", explicó Ezequiel, que también escribió las letras del grupo que integran Lucas Amatray (bajo), Emilio Villegas (guitarra y voz), Guido Domarco (trompeta), Jorge Deserio (saxo tenor) y su hermano Gabriel (batería).
Aunque no es la primera vez que llega a una final de los Bonarenses, otros años los grupos del Instituto ya han obtenido medallas de oro.
Ezequiel también fue uno de los integrantes de la Big Band Juvenil que en agosto fue invitada a tocar en Notorius, el club de jazz más grande y prestigioso de Buenos Aires. "Fue demasiado, más a nuestra edad", señaló.
Por otra parte, también tiene una banda de reggae y en el verano es uno de los músicos del espectáculo Jazz en la Costa.
Hora de partir
Ezequiel va a tercer año del Polimodal en la Escuela de Educación Media Nº 8 y como ocurre con todos los músicos que terminan sus estudios de educación media, deberá dejar el Instituto.
"El año que viene voy a estudiar particular con algún con algún trombonista", señaló.
Al año siguiente piensa partir hacia Buenos Aires. Su sueño es integrar alguna big band y dedicarse a la enseñanza. La música es el centro de su vida.
"Nunca hice ningún deporte, nada fuera de la música", precisó Ezequiel, que a veces siente el peso del apellido. Su familia ha forjado a la mayoría de los músicos de jazz que en la actualidad se destacan en Buenos Aires. El lleva en la sangre la misma pasión...
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