Hace cinco años, en la Escuela Nº 40 de Quequén se desarrolla un proyecto de características inéditas que ha permitido decenas de chicos hayan descubierto el mundo de los libros. "El proyecto Había una vez... nació hace cinco años, como una necesidad de replantear nuestras prácticas docentes,cuando nos encontramos ante un grupo de alumnos con problemas de conducta, la mayoría provenientes de familias con escasa estimulación en el área de la lengua y para las cuales la lectura y la escritura no constituían actividades significativas para su vida cotidiana", explicaron las docentes a cargo de la iniciativa (ver recuadro "Equipo docente").
"Niños a los que no les gustaba leer, conun vocabulario pobre y cuya escritura mostraba faltas a nivel de coherencia y cohesión. Niños estigmatizados socialmente y con muy baja autoestima", explicaron. "Niños que se negaban sistemáticamente a cualquier actividad referida a la lecto-escritura, que se les presentase".
"Ante este desafío, como docentes, nos vimos comprometidas a buscar, creativamente, formas de enseñanza no convencionales lo suficientemente atractivas, como para despertar en cada niño el deseo y el placer por la lectura, haciendo de la situación de aprendizaje una experiencia agradable y deseada tanto por los chicos como por nosotros", señalaron.
"Todos estos años, cada martes y jueves, las luces del salón se apagaba, las persianas se derraban y a la luz de un cirio comenzábamos a descubrir un mundo donde el misterio y la fantasía nos atrapaban", explicaron.
A partir de este proyecto, "en cinco años surgieran diferentes producciones: libros de cuentos de terror escritos por los chicos, fiestas de terror, una película protagonizada por los alumnos y varias fotonovelas".
"Hoy podemos afirmar que nuestro sueño se cumplió, nos trascendió y superó nuestras expectativas", comentaron con orgullo. "Ahora, sabemos que, si como docentes les enseñamos a aprender, los niños serán capaces de hacer su propio camino, eligiendo su destino".
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