No sabe a qué edad comenzó a tocar la batería, pero ya a los 4 o 5 años tocaba con su abuelo en la Peatonal 83. Es que la música para los Gesualdi es algo natural y Gabriel, como todo miembro del clan, la lleva en la sangre.
A los 13 años, este chico tiene la responsabilidad de marcar el ritmo a las bandas del Instituto Orquestal. Desde que su hermano Ezequiel largó los palillos para dedicarse a tocar el trombón, Gabriel es el baterista de los grupos de la escuela y también de otras bandas que han surgido de allí.
El verano pasado, integró la Big Bang, que se presentaba todas las semanas en el balneario ACA. También realizó varias presentaciones con Cultura Reggae, el grupo que integra junto a su hermano Ezequiel y otros chicos del Instituto.
Además, tuvo la oportunidad de participar del Bosque Jazz y tocó en conciertos realizados en otros escenarios de la ciudad.
Aprender y enseñar
Pero a diferencia de la mayoría de los miembros de la Big Bang y de los alumnos el Instituto Orquestal, Gabriel aprendió mirando. "Nunca me senté a practicar un ejercicio", explicó.
Sus hermanos Nelson y Ezequiel habían sido antes que él los bateristas de los grupos que formaba su padre Juan Carlos en su escuela de música.
Y al igual que sus hermanos, Gabriel tampoco piensa ser baterista durante toda su vida. "Yo quiero ser trompetista", explicó.
Su proyecto para este año es prepararse para en 2008, cuando Ezequiel deje el Instituto para irse a estudiar a Mar del Plata, y ayudar a su padre con los alumnos del Instituto.
Es que, además de la pasión por la música, Gabriel heredó el amor por la docencia.
Pero, por otra parte, el más chico de los Gesualdi lleva una vida como la de cuaquier otro chico: va a 8º año al Nacional y le gusta jugar al fútbol con sus amigos.
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