"Los canillitas" y "Saichann" son dos coproducciones independientes que rescatan la historieta costumbrista argentina y, por otro lado, al emblemático dibujante Alberto Saichann, con un libro que reúne algunas de las novelas gráficas que lo hicieron cita obligada de revistas como Skorpio, Fierro y Nippur Magnum en los 90`s.
La editorial argentina Loco Rabia y la uruguaya Belerofonte son responsables de devolver al papel las historias que Diego Agrimbau y Fernando Baldó creaban para el diario Tiempo argentino; y de compilar por primera vez parte de la producción de Saichann, solo y con grandes guionistas como Ricardo Ferrari y Eduardo Mazzitelli.
Se trata de "La Flor", guionada por Ferrari para Nippur Magnum; "Bacteria", un relato de Mazzitelli publicado en Skorpio; y "Bronx", otro cuento, esta vez con letra y trazo del propio Saichann para la revista Fierro.
Este dibujante es "uno de los próceres ocultos de la historieta argentina al que hoy estamos invitados a redescubrir", se lee en el prólogo que abre paso a la prolífica producción que dejó en las publicaciones más significativas de la época.
"Una de sus particularidades era ésa", explica a Télam el editor argentino Alejandro Farías. A diferencia de sus contemporáneos, que se identificaban con uno u otro estilo, el particular trazo de Saichann le permitió entrar y salir con soltura de revistas muy diferentes entre sí.
"Este ilustrador atravesó casi todas las publicaciones nacionales -cosa que no pasaba con otros dibujantes- desde mediados de los 70 hasta los 90 cuando salió `La Flor`, en un momento en que Columba trataba de modernizarse un poco y metió un material más parecido al de Skorpio y demás", repasa Farías.
"Luego desapareció, se esfumó -resume el joven editor-. Ocurre que cuando cayó el mercado en Argentina, a principio del milenio, Saichann comenzó a trabajar para Tiny Toons; y más tarde instaló su propio estudio en el porteño barrio de Barracas, que mantiene hasta ahora haciendo ilustraciones para afuera".
Se trata de "un artista con una impronta muy propia que muchas veces va más allá de la historia, como en `Bacteria` donde hay todo un juego con los fondos, a los que animaliza; o ese fuerte acabado de los personajes secundarios que se ve en `La flor`.
Más que nada jugaba con la forma de mirar, en esa historia hay toda una relectura de Vietnam que no era típica de la época y que él expresa desde la imagen".
Por otra parte, "Los Canillitas" recupera la tradición argentina de la tira realista en medios masivos y en su primer volumen, "La parrilla está caliente", compila las tiras realizadas para Tiempo Argentino y serializadas luego en el blog colectivo "Historietas reales".
Sus páginas narran con humor el día a día del quiosquero Rodolfo y su socio Chelo, de sus clientes y de sus amigos, en un barrio que podría estar ubicado en cualquier ciudad argentina.
Esta sátira costumbrista "rescata la dinámica de la historieta de una época, relacionada a lo que publicaba Carlos Trillo entre el 70 y 80 en los periódicos -indica Frías-. Pero si se quiere, también rescata a un público no tan nerd o específico, con historias más abiertas y populares".
"Hacer que la historieta trascienda el pequeño nicho que ocupa en el país es un objetivo de Loco Rabia -añade Farías de inmediato-, porque es una experiencia artística sumamente rica que concentra particularidades de otras disciplinas de gran riqueza estilística y plástica como el cine y la literatura, que vale la pena disfrutar".
"Este país es un gran semillero de dibujantes y guionistas que debe estar al nivel de la producción de futbolistas -especula-, y si, mirando hacia atrás, a eso le sumás la tradición que marcó la historieta argentina en el mundo, comprendés que es algo que no tenemos que perder, porque en ella hay buena parte de nuestra identidad más arraigada y representativa".
"La historieta no es sólo superhéroes ni manga, me parece que hay de todo para leer, como en las películas, donde hay miles de géneros", concluye. (Dolores Pruneda Paz, Télam)
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