La Fundación La Dulce es sinónimo de cultura, educación y solidaridad, no sólo en su localidad, también en la región y en varias localidades del interior bonaerense e incluso en Entre Ríos y Santa Fe.
Con las 222 valijas cargadas de libros que integran el Programa Biblioteca Circulante Móvil, la Fundación La Dulce le ha brindado a cientos de chicos de escuelas rurales el acceso a la lectura.
Jóvenes de zonas rurales también se han beneficiado con los programas impulsados por la entidad. Mientras que la tecnología se ha convertido en punta de lanza de esta institución, que brinda conexiones sociales gratuitas a Internet y desarrollo varios programas de alfabetización digital.
“La Fundación La Dulce se creó en el año 1974, luego de un serio trabajo preliminar en el seno de La Dulce Cooperativa de Seguros persiguiendo el propósito de hacer un uso racional de los recursos del Fondo de Educación y Promoción Cooperativa y de crear una estructura que garantice el destino más adecuado para los asociados no sólo de La Dulce Cooperativa sino de todo el polígono de influencia y para la comunidad en general”, explicó Javier Jáuregui, director de la entidad.
Señaló que “el 30 de mayo de 1974 en la sede de la cooperativa los pioneros (todos ellos chacareros) comenzaron la obra de aportar cultura y educación a los ámbitos rurales. Fue un hecho muy importante, de vanguardia. Estos productores de hace 38 años avizoraban que las familias rurales debían estar contenidas educativa y culturalmente para poder desarrollarse”.
“Además, siempre lo remarco, nunca un miembro del Consejo de Administración de la Fundación o de la Cooperativa ha cobrado por su trabajo. Eso no sucede en casi ninguna cooperativa y siempre lo destaco porque forma parte del espíritu que hoy sigue vivo en la cultura institucional”, agregó Jáuregui.
Objetivos
“Si bien los objetivos de la Fundación permiten que se desarrollen muchas actividades, al crearla se enfocaron en la cultura, la educación y la educación cooperativa. Siempre se logró que el proyecto fuera abierto y participativo. Desde hace 38 años los niños y jóvenes de La Dulce y alrededores hacen los deberes en la sede de la Fundación”, dijo Jáuregui.
Pero con el paso del tiempo se incorporaron nuevos servicios y tecnologías para reforzar esos objetivos. “Desde el año 2006 comenzamos un camino para ayudar a las comunidades rurales a incorporar nuevas tecnologías y ha sido exitoso. Jóvenes Rurales es otro logro, de poder haber logrado una visibilización de ese segmento que consideramos estratégicos”, precisó el director.
“Antes de la Fundación nadie hablaba en el país de jóvenes rurales y hoy es un término común. Una interacción positiva entre lo original y lo que agregamos se dio este año donde pudimos incorporar un curso de cooperativismo en la oferta del INTA. Eso nos significó ser la única oferta de este prestigioso instituto y llegar a todo el país y otros países vecinos”, precisó.
Circuito de convenciones
Cuatro años después de la creación de la entidad, fue habilitado su actual edificio. Allí funcionan la Biblioteca pública y el Centro Tecnológico Comunitario. “Es nuestra base, donde suceden la mayoría de los eventos culturales, exposiciones, presentaciones de libros y capacitaciones. Además contamos con una casa para los cursos y talleres y una oficina taller para el Programa Agroinformática, al que le hemos dado forma de empresa social inclusiva dentro de Fundación”, aseguró Jáuregui.
“Hay que tener en cuenta que aproximadamente doscientas personas circulan por Fundación por semana. Porque además de los cursos permanentes que brindan profesores a los que les brindamos el lugar, tenemos los préstamos de la biblioteca y el uso de las computadoras (12 workstation actualmente)”, dijo. “Es una gran cantidad de personas que confían en nosotros y esperan una respuesta a sus necesidades”.
Además, la Fundación cuenta con el gimnasio más grande del pueblo, que es donde funciona el CEF Nº 17.
“Si sumamos toda la infraestructura propia a la de la Cooperativa (dos salones de eventos y el Centro de Convenciones) tenemos lo que nosotros llamamos el Circuito de Convenciones, donde podemos recibir a más de dos mil personas de manera simultánea sentadas”, explicó Jáuregui.
“Esta infraestructura es única en la región. Además cada salón tiene la posibilidad de contar con su pantalla, proyector, notebook y conexión a banda ancha de alta velocidad. Un lujo en estos tiempos, pero que demuestra el trabajo coherente de los sucesivos Consejos de Administración”, precisó.
Biblioteca móvil
“Desde sus inicios la Fundación tuvo pretensiones de exceder las fronteras de Nicanor Olivera. En el año 1981 ya se estaba implementando el Programa Biblioteca Circulante Móvil en las escuelas rurales de los partidos de San Cayetano, Lobería y Tres Arroyos. Todavía ese programa sigue, nunca se cortó, y hoy estamos llegando con 222 valijas a tres provincias (Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos)”, dijo Jáuregui.
Según el director de la Fundación, “las repercusiones han sido muy buenas, principalmente por parte de los asociados a la Cooperativa porque a pesar de no ser ellos de la zona de La Dulce valoran que se llegue con los diferentes programas a lugares que carecen de apoyo estatal o empresarial. Principalmente a escuelas rurales que tienen muchísimas necesidades y a nadie parece importarles mucho que se siga despoblando el campo y concentrándose la tierra en pocas manos”.
Por otra parte, Jáuregui señaló que durante 2012 hubo “varios logros que nos enorgullecen”.
“El primero a destacar fue la incorporación de un proyecto de Alfabetización Digital a niños de cinco años. Lo hicimos en conjunto con el Jardín de Infantes de La Dulce y fue muy gratificante. Todos los chicos de 5 años de La Dulce tengan o no computadora en su casa pudieron incorporar herramientas tecnológicas”, indicó
Y anunció que “el año próximo tenemos pensado incorporar salita de 4 años y en 2014 la de 3 años. Queremos en 2015 que todos los niños de La Dulce egresen de preescolar con Inclusión Digital. Es un gran desafío”.
“Luego destacamos el haber incorporado el primer curso de autoaprendizaje en Cooperativismo. Esta acción fue un pedido del INTA a nivel nacional para el Programa de Capacitación a Distancia. El curso es gratuito y en el primer semestre de implementado superó el promedio de visitas de otros cursos, con lo cual creemos que fue un éxito teniendo en cuenta que lo realizaron casi 800 personas de Argentina y países limítrofes”, precisó Jáuregui.
Además destacó la realización de la muestra fotográfica “Vida y Trabajo en la Vieja Chacra”, conformada por 50 fotografías cedidas por la comunidad y recuperadas digitalmente. La exposición se presentó en 20 localidades de toda la provincia de Buenos Aires. “En 2013 ya tenemos comprometidas cinco presentaciones en Santa Fe y nos queda todavía el recorrido de Entre Ríos”, dijo.
Proyectos para 2013
“Los proyectos son numerosos, creo que va a ser complicado poder cumplir con todas las personas que nos piden trabajar en conjunto”, señaló Jáuregui. “Es algo que se está dando últimamente que nos lleva a priorizar”.
Explicó que se está trabajando en un Acta de Intención con FAO (el Organismo de Naciones Unidades para la Agricultura y la Alimentación) que contemple diferentes aspectos: bibliografía digital, financiación de proyectos y promoción de la agricultura sustentable y el uso adecuado de agroquímicos.
“Con INTA estamos viendo la posibilidad, dado el éxito, de incorporar nuevos cursos de cooperativismo y generar un espacio de capacitación vía TICs”, dijo Jaúregui. Aunque afirmó que la Fundación no descarta metas más modestas, como mejorar la calidad de los servicios que ofrece la entidad, extender la Alfabetización Digital o sumar conexiones a Internet gratuitas de instituciones del interior del distrito de Necochea. “Lo que sí tenemos asegurada es la continuidad y fortalecimiento de los Programas de la Fundación durante 2013”, concluyó.
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