Necochea y Quequén han aportado algunos grandes nombres a la historia del automovilismo nacional. Sin duda, el más grande piloto que ha dado la región es el quequenense Benedicto Campos, cuya maestría incluso le dio trascendencia internacional.
Otro gran piloto fue Armando J. Ríos, quien, al igual que Jhonny De Benedictis, dos décadas después, llegó a estampar el número 2 en la puerta de su auto de Turismo Carretera.
A pesar de ser sobrino de Benedicto Campos, Armando José Ríos no comenzó a correr influenciado por su famoso tío.
A diferencia de Benedicto, que construía sus propios autos, a Armando sólo le interesaba tener los conocimientos elementales de mecánica para no quedarse a pie en algunos de sus viajes de negocio o de paseo.
A Armando no parecía interesarle tampoco la competición. En el año 1942 decidió mudarse de Necochea la Capital Federal y cinco años más tarde se compró un taxi, un Oldsmovile.
Luego cambió ese viejo vehículo por un Chevrolet 1941 y más tarde lo renovó por otro coche de la misma marca. Sin embargo, sólo fue taxista durante cuatro años. En 1954 se compró un puesto de frutas.
En 1957 compró un Mercury modelo 1950. En un principio era el auto que utilizaba para su trabajo y sus paseos, pero un día se le ocurrió participar en una competencia automovilística: el Gran Premio Standard de 1957.
En la segunda etapa de la prueba, disputada entre las ciudades de Córdoba y Tucumán, Armando J. Ríos ganó con un promedio de 131 km/h.
Si bien en la siguiente etapa abandonó la competición, la llama de la pasión por el automovilismo se había encendido y ya nunca se apagaría.

La llama de la pasión
En 1958 Armando le alquiló un auto Ford a Esteban Sokol para correr en Turismo Carretera. Debutó en Tres Arroyos, sin éxito. La mala racha se mantuvo durante varios años.
Según un artículo periodístico de su época, durante cuatro años “junta toda clase de calamidades, que van desde los motores destripados hasta las desgracias personales”.
En catorce carreras su mejor performance es un séptimo puesto. “Entonces nadie se acordaba que era el sobrino de Benedicto Campos”, agregaba la nota.
La “mala racha” incluyó un vuelco que dejó inutilizada su cupé y que lo llevó a comprar otro auto, un Chevrolet, también a Esteban Sokol.
Recién en 1961 saboreó sus primeros triunfos en el TC. Ganó en Mar del Plata, en una prueba para “No Ganadores” y Tres Arroyos se impuso con una velocidad promedio de 194 kilómetros por hora, muy cerca de los por entonces míticos 200 k/h.
En una época en que el TC se corría en las rutas, Ríos demostró ser un gran piloto de pista. En las pruebas clasificatorias de Pehuajó logró la mejor ubicación y en la final logró un tercer puesto. También obtuvo un segundo puesto en el difícil trazado de Bahía Blanca.

El año de Armando
Pero fue 1962 el año de Armando J. Ríos. En esa temporada ganó la Vuelta de Arrecifes, el 27 de mayo.
El 29 de julio ganó en San Antonio de Areco y el 12 de agosto logró el Premio “Eusebio Mancilla” en Junín.
El 7 de octubre de ese año también ganó el Premio Ciudad de Tres Arroyos.
En aquel lejano 1962 también logró segundos puestos en Necochea, Mercedes y Córdoba.
Ese año Ríos fue coronado subcampeón de la categoría. El título lo lograron los hermanos Emiliozzi.

El patrocinador
A pesar de su pasión por los fierros, Ríos nunca dejó de trabajar. Se dedicó a la venta y distribución de combustibles y aún hoy la rotonda de la avenida Almirante Brown y la ruta 88 es llamada la “rotonda de Ríos”, porque allí tuvo durante años una estación de servicios.
Por su actividad viajaba mucho al Sur y quienes lo conocían decían que siempre conducía a altas velocidades.
Muchos años después de su retiro de las competencias volvió a vincularse al automovilismo y más precisamente a Jhonny De Benedictis. Comenzó a patrocinar al joven piloto y volvió a las pistas como espectador.
Incluso fue el acompañante de Jhonny en competencia realizada en el Autódromo “Oscar Alfredo Gálvez” de la ciudad de Buenos Aires.
Paradójicamente, Armando José Ríos murió como vivió: arriba de un auto. El 14 de enero de 1993, cuando regresaba de uno de sus viajes por el Sur del país, chocó con su Renault 18 contra un camión, en la ruta 228, cerca de Energía.
El “Pequeño Gladiador”, como lo habían bautizado por su espíritu batallador, fue uno de los más grandes pilotos de TC de nuestra ciudad.

1 Comentarios

  1. nada se dijo de su participacion en f 1con unauto con motor trasero y que termino en un tremendo kilombo fie suspendido requejo u otros quienes eran los que armaban los autos de rios rios iusaba el 4 bancadas o fue el primero en usar el 7 bancadas

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