Hace 30 años se producía uno de los episodios finales de un sueño industrial que dio trabajo a más de 500 personas y permitió exportar pescado procesado en nuestra ciudad. El jueves 9 de junio de 1983, los cinco buques de la empresa Huemul eran trasladados desde los muelles del lado Quequén del puerto local, al giro 11, cercano a las instalaciones de la Usina Termoeléctrica.
Dos años antes el Banco Central de la República Argentina había solicitado la quiebra de varias empresas del grupo Sasetru, entre ellas Huemul. Esa medida marcó el inicio del fin de la planta procesadora y su flota pesquera quedó amarrada en los muelles de Puerto Quequén.
En aquella mañana de junio de 1983, por orden judicial, finalmente cinco buques de Huemul eran trasladados de una orilla a otra del Río Quequén a fin de descongestionar la operatoria portuaria.
El operativo de rigor se inició a las 8.15 y se hallaba presente el titular de la Prefectura Naval con asiento en Puerto Quequén, prefecto principal José Luis Rondón, quien junto al oficial principal Edgardo Nuez de la División Salvamento y Buceos de la Prefectura (Buenos Aires) dirigían las maniobras de traslado de los pesqueros. Asimismo, trabajaron junto a los efectivos de la Prefectura, dos remolcadores y los prácticos del Puerto Quequén Samuel Freiler y Meyer Arana, como así también el personal del servicio de amarradores.
Se encontraba observando el traslado de los barcos el sindico de la quiebra del Grupo Sasetru, doctor Jorge Bernardo Lerner, quien viajó especialmente desde la Capital Federal para tomar nota detalladamente de todo lo relacionado con el cambio de lugar de las embarcaciones.
También se hicieron presentes en el transcurso de la mañana el intendente municipal, arquitecto César Christiansen, y el secretario de Gobierno, Adolfo García, quiene en su momento fueron los que insistieron ante el juez Ricardo Richards de “la necesidad del traslado de los buques”, ya que éstos le restaban operatividad al Puerto Quequén. Tras esa visita, el magistrado dio la orden, captando por autorizar el traslado tantas veces requerido por las diversas autoridades relacionadas con el quehacer portuario.
Empresas y organismos relacionados al puerto local habían señalado que “los buques de la empresa Huemul son un impedimento cuando el puerto trabaja a full para que lascargas se realicen en forma normal y en muchas jornadas, se perdieron de depositar en las bodegas de los ultramarinos hasta 7.000 toneladas de cereal”.
Historia de un sueño
El 17 de diciembre de 1977, se inauguró en Quequén el complejo industrial pesquero de la empresa Huemul. Dos años después, la planta empleaba a 510 personas y faltaba mano de obra especializada para completar los 700 cupos de trabajo con los que la empresa podía llegar a trabajar en toda su capacidad.
Huemul fue el orgullo de los quequenenses durante dos años, ya que la planta era una de las más modernas del mundo en su tipo.
Ocupaba 14.000 metros cuadrados, contaba con planta de tratamiento de efluentes, una sala de frío con capacidad instalada de 410 frigorías hora, una fábrica de hielo en escamas capaz de producir 20 toneladas por día y un desvío ferroviario a sólo 300 metros de distancia.
Según un artículo publicado en Ecos Diarios en septiembre de 1979, la fábrica poseía una capacidad de elaboración de filetes de 2.000 por mes. Para poder mantener este ritmo de producción, la empresa contaba con seis pesqueros de altura y dos buques factoría.
Más del 90 por ciento de la producción de Huemul era exportada a Estados Unidos, Brasil, Taiwán, Corea, Japón y países de Europa. Esto generaba un ingreso mensual cercano al millón de dólares.
Pero gran parte de ese dinero se volcaba a la economía local, ya que unos 170.000 dólares mensuales se dedicaban a la adquisición de productos a proveedores de nuestra ciudad y otros 152.000 dólares mensuales en la región.
Otras cifras que son elocuentes sobre el impacto que actividad de la empresa tenía en el mercado regional era el número de empleados: 510 en planta, 98 en buques, 74 en el puerto y 80 en administración. Unos 430.000 dólares de sueldos se pagaban mensualmente.
Comienzan los problemas
Cuando la materia prima bajaba de los pesqueros de altura era traslada en los vehículos de la empresa a la planta de la calle 536, donde se descargaba y se volcaba a las máquinas fileteadotas, en la que trabajaban cientos de mujeres.
Las cintas transportadoras no se detenían durante las 16 horas que duraba la jornada diaria en la planta. Los filetes pasaban luego a la sección de envase, donde eran colocados en cajas y posteriormente llevados a las cámaras de frío.
La planta contaba con dos médicos y una guardería infantil para los niños de las empleadas. Más de 50 chicos concurrían a la guardería, que funcionaba desde las 6.45 hasta las 22.
Por sus características, Huemul fue, en gran medida, pionera en cuanto al asentamiento de complejos industriales de magnitud en Quequén.
Pero, en 1980 comenzaron los problemas. En mayo de ese año 130 obreros fueron suspendidos debido a lo que la empresa denominó “racionalización administrativa”, a partir de las prescripciones legales fijadas por el Ministerio de Trabajo.
Huemul pertenecía al grupo Sasetru, que había comenzado a ser investigado por irregularidades en su situación económica.
Sin embargo, en mayo de ese año el gerente de la firma, ingeniero Jorge García Hugony, manifestó que las suspensiones se debían a las inundaciones que habían afectado al distrito y que impedían el normal funcionamiento del puerto y la operatoria de los pesqueros de la empresa.
En los meses siguientes se produjeron varios despidos y en enero de 1981 el Banco Central de la República Argentina solicitó la quiebra de siete empresas, en su mayor parte del Grupo Sasetru, entre ellas Huemul.
Un comunicado de la gerencia general de la planta, publicado por Ecos Diarios, pocos días después, señalaba que por efecto de las dificultades del grupo Sasetru, al que pertenecía Huemul, habían sido embargadas las cuentas bancarias, por lo que esta empresa no disponía de los fondos generados por la gran cantidad de ventas que realizó en diciembre de 1980, quedando de esta manera privada de su capital de trabajo y sin poder seguir con la actividad.
En febrero de 1981 se produjo la quiebra de la firma Sasetru, pero no de las otras empresas del grupo. En total el grupo controlaba 140 firmas y el pasivo total era de unos 1.200 millones de dólares.
La situación se complicaba un mes más tarde, cuando se producía la extensión de la quiebra y la interdicción para 72 directivos. Huemul se encontraba entre las firmas comprendidas en la quiebra y su gerente administrativo García Hugony entre los interdictos.
Pero no era la única, otras tres empresas con sede en nuestra ciudad también eran arrastradas por la decisión judicial: Transhue, Rabal Zugaste y Cía. y Agencia Marítima Orion, todas pertenecientes al grupo Sasetru.
Siguieron meses de gestiones y anuncios de reapertura que se dilataron en el tiempo. En abril de 1983 se dispuso el traslado de los cinco pesqueros de la firma a otro sector del puerto local a fin de que no continuaran entorpeciendo los trabajos de embarque en la estación marítima. En abril de 1987 la empresa reabrió sus puertas, pero sólo por un breve lapso y nunca recuperó el nivel de producción de sus primeros años.
Finalmente, en marzo de 1998 el predio fue llevado a remate, pero no hubo interesados en adquirir la planta, con una base de 8.444.906,05 pesos. En junio de ese año la firma Incoop adquirió el complejo por 550.000 pesos y la convirtió en una planta de frío, que abrió sus puertas recién en 2003.
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