“No voy a hablar, no quiero hablar, voy a callar mucho tiempo tantas cosas, saldrán en poemas de tizas, saldrán en cuentos para niños, saldrán en conversaciones con locos”. Estos versos blancos pertenecen a “Huellas en la nieve de los ojos”, el libro del poeta Arturo Serrano y el artista plástico y fotógrafo alemán Levin Colmar.
Si bien el volumen, presentado hace unos meses en Paraguay, podría considerarse un libro de poesía ilustrada, es en realidad lo contrario, ya que primero fueron los dibujos de Colmar y luego los textos de Serrano.
Cercanos al boceto o al garabato, los dibujos de Colmar llegaron a Serrano allá por 2011. El artista alemán, que por aquella época vivía en Necochea, le propuso al joven poeta “ilustrar” sus dibujos con palabras y luego publicar un libro con aquel material.
Así surgió “Huellas en la nieve de los ojos”, una experiencia plástica y literaria inusual, hasta desde el punto de vista editorial, ya que la publicación también resulta deslumbrante por su calidad.
Los rostros apenas bosquejados provocan en Serrano una explosión de palabras, en las primeras páginas del libro, los textos son descriptivos: “El rasgo humano de la forma es su carácter terrorífico, es el habitante del dibujo”.
Luego, ante una multitud apenas delineada con trazos inquietos, Serrano escribió: “Peligrosa, como una espina oculta, la angustia es un detalle mínimo ante cualquier distracción de los sentidos. Se adentra”.
La maestría de Colmar le permite, con unas pocas líneas, genera una ilusión óptica que replica una respuesta poética de parte de Serrano: “Podés decir que el amor viene a atacarte/ Y que el odio te defiende / No hace falta que lo digas/ Vas a soñarlo, más bien vas a ser soñado…”
La edición, de tapa dura y excelente impresión, hace honor a la calidad del arte de Serrano y Colmar.
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