La publicación de este tipo de contenido está prohibida e infringe las leyes de la mayoría de los países occidentales y cuando abrimos una cuenta en cualquier sitio web aceptamos una clausula que en la mayoría de los casos habla de las limitaciones a este tipo de material prohibido.
Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con estas políticas de control de contenido y debido a ello se han creado redes sociales descentralizadas que no permiten ningún tipo de limitación a lo que publican los usuarios e incluso imposibilitan que sus cuentas sean bloqueadas.
Esto que para algunos puede considerarse un triunfo de la libertad personal, se convierte en un problema cuando quien publica es un pedófilo, un criminal o un terrorista.
Según publica la agencia Télam, la red social Diáspora*, que se creó precisamente con el objetivo de darle total libertad a sus usuarios, se encuentra en la actualidad en esta encrucijada, ya que ha sido elegida como plataforma de publicación nada menos que por el Estado Islámico.
Días atrás este grupo terrorista publicó en Youtube y en Twitter el video que mostraba la decapitación de un periodista. Inmediatamente estos dos sitios eliminaron el contenido y bloquearon las cuentas del EI.
Aprovechando las características técnicas de Diáspora*, que funciona sobre una red descentralizada de servidores (como un software P2P), EI decidió comenzar a publicar sus comunicados allí y puso en aprietos a la red social.
Según Télam, en una entrada en su blog oficial, el equipo de Diaspora* admitió que miembros del EI crearon cuentas en la red social, aunque informó que debido a las características de la plataforma, "no hay manera de manipular o remover contenidos de un nodo en particular".
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