Necochea
En mayo de 1975 Necochea recibía un legado cultural sin precedentes. Eran entregadas al Centro Cultural 260 obras del grabador Adolfo Bellocq, valuadas en 380 millones de pesos (en esa época el dólar costaba 15 pesos).
“Esto es algo que muy difícilmente vuelva a ocurrir", decían con gran entusiasmo Zilda Balsategui y Valentina Premrou, protesorera y presidenta del Centro Cultural, respectivamente.
Los grabados fueron donados por Martha de Bellocq, esposa del destacado pintor, grabador y litógrafo fallecido en 1973.
En la actualidad, el invaluable legado todavía puede verse en el Centro Cultural. Durante años las obras permanecieron en el hall de entrada del edificio de la calle 54.

Un grande
"Cuando se escriba la historia de las artes gráficas en el país, la presencia de Adolfo Bellocq se ubicará como la de una vocación dada en plenitud, como uno de los modernos precursores del arte inciso a través de todos los procedimientos clásicos", escribió en 1967 el crítico especializado Vicente Caride.
En el homenaje que se le realizó al grabador en el Club de la Estampa de Buenos Aires, Caride también definió a Bellocq como " uno de nuestros grabadores más genuinos”. El reconocimiento se le realizó cuando el artista cumplía cincuenta años ininterrumpidos “puestos al servicio del quehacer artístico".
El crítico explicaba en la oportunidad que "el aguafuerte ayudado del aguatinta es una combinación poco frecuentada después de Goya. A Bellocq le permite este procedimiento conseguir una gran presteza de ejecución”.
Fiel intérprete de la realidad, de la que no quiso evadirse, la obra de Bellocq era de hondo contenido humano.
Nacido en Buenos Aires el 2 de marzo de 1899, Bellocq se inició como pintor en 1918, en el Salón de Bellas Artes y Salón de Grabadores y Acuarelistas, y en la Sociedad Nacional de Artistas Independientes.
A partir de allí comienza a desarrollar una intensa labor que no conoce descansos. Por su obra, se hace acreedor de múltiples distinciones, entre ellas el premio del Salón Nacional (1928), de la Exposición Internacional de París (1937), del Salón Anual de Santa Fe (1942), del Honorable Senado de Buenos Aires (1943), de la Exposición de Pintura Internacional de Arte en Nueva York (1942), del Salón Municipal de La Rioja (1950), del III Salón de Arte de Córdoba (1953) y del V Salón de Grabado y Dibujo (1955).
Además, realizó numerosas exposiciones individuales de pintura y grabado en Buenos Aires, La Plata, Mendoza, Rosario, Mar del Plata, Córdoba, Posadas, Concordia, Bahía Blanca y otras ciudades argentinas.
También participó en múltiples muestras de grabados en el extranjero, entre ellas, en Roma, París, Nueva York y Bruselas. Además de las exposiciones internacionales del libro argentino llevadas a cabo en Brasil, Chile, Perú y Bolivia.
Adolfo Bellocq actuó asimismo en la docencia, siendo profesor de grabado, dibujo y composición en la Escuela de Artes Decorativas “Fernando Fader” y profesor de grabado y arte del libro en la Escuela Superior de Bellas Artes “Fernando de la Cárcova”, ambas de la Capital Federal.
Sus obras integran colecciones en museos de Tandil, La Rioja, Misiones, Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Bahía Blanca, Santa Fe, La Plata, Paraná, Madrid, Milán y Nueva York, en las bibliotecas nacionales de París, Bruselas y París y en colecciones particulares.
El Museo Municipal del Grabado de Necochea, que ya funcionaba en el Centro Cultural, contaba desde hacía algunos años con dos obras de Bellocq: “Los caballos de la calesita”, litografía del año 1938; y “Dios los cría y ellos se juntan”, aguafuerte de 1927, de la serie “Los proverbios”.
A partir de la donación de Martha de Bellocq, el Centro Cultural de Necochea, junto con el museo “Eduardo Sívori” de Buenos Aires y el Museo de Bellas Artes de La Plata, se convertían en los depositarios de la totalidad de la vasta obra del artista.

El legado
Martha Bassi de Bellocq era conocida por mérito propio, especialmente a partir de sus esculturas. Si bien no conocía nuestra ciudad, sabía de la existencia del Museo Municipal del Grabado.
Una persona estrechamente vinculada a los pintores argentinos, le proporcionó una serie de datos sobre la vida cultural necochense que contribuyeron a que Martha decidiera donar la obra de su esposo al Centro Cultural.
La escultora envió una nota al Centro Cultural local que señalaba: “Doy con gusto y amor al pueblo de Necochea el valioso mensaje social y humano que Bellocq deja para las generaciones presentes y futuras. Saber leer cualquier grabado que trasunte esta clase de inquietud del artista, es una prueba de cultura que debemos cultivar”.
Las obras llegaron a la ciudad luego de una última exposición en Buenos Aires. En otra nota enviada al presidente de la Asociación Estímulo de Bellas Artes, la esposa del grabador señaló que “las obras serán donadas al Centro Cultural de Necochea por ser este uno de los núcleos intelectuales que mayor evidencia el movimiento cultural y artístico de esa ciudad y me atrevo a decir, sin lugar a dudas, que no sólo de esa localidad sino del país, por sus indiscutidas inquietudes espirituales”.
Aseguró que la obra de Bellocq no podía tener “sitial más apropiado que una biblioteca, que será siempre orgullo y honor para la ciudad de Necochea”.
Entre las 260 obras donadas por Martha Bellocq, se encontraban 25 aguafuertes, 16 litografías, 27 xilografías, como así también numerosas viñetas e ilustraciones de diversos libros, entre ellos “Historia de Arrabal”, de Manuel Gálvez; “Tierra de matreros” de Fray Mocho; “El matadero” de Esteban Echeverría; “Airampo” de Juan Carlos Cávalos; y la obra inédita “Cómo se formaban los caudillos” de Lucio V. Mansilla.

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