Por seguridad una mujer había instalado una video cámara en la habitación de sus hijas, a fin de poder saber todo el tiempo lo que sus niñas hacían, pero nunca imaginó que la webcam podría ser hackeada. Hace unos días descubrió con horror que la cámara se encontraba online y que cualquier cibernauta podía ver lo que las niñas hacían. Leer artículo en Sapo.pt (en portugués)

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