Cuando la ficción se mezcla con la realidad

Hace unos años escribí una serie de cuentos muy breves que aparecieron en una sección fija del diario local. Muchos de esos cuentos los recopilé luego en un pequeño ebook que publiqué en Amazon.
Entre esos breves relatos se destacaban algunos que tenían por personaje al Gordo Sagaste. Se trataba de una ficción. El Gordo era un tipo de unos 50 años que pasaba su tiempo tirado en un sillón, conversando con su amigo el Flaco Sallago. La mayoría de las cuestiones que se planteaban eran a partir del contrapunto de los diálogos.
Pero un día, alguien me llamó por teléfono para preguntarme si el Gordo existía, porque en los cuentos se citaba el barrio de la vieja estación de trenes de Necochea, donde efectivamente vivía una familia de apellido Sagaste.
Fue entonces que me puse a investigar y descubrí al verdadero Sagaste, un recordado vecino que tuvo una destacada participación política: Baldomero Sagaste. Leer el artículo sobre Baldomero Sagaste.