Islandia sólo tiene 350.000 habitantes, el número de pobladores de cualquier ciudad pequeña de alguno de los paises más poblados del mundo. Pero esto no ha sido un impedimento para que los islandeses sobresalgan en los últimos años a nivel global. En el fútbol por ejemplo, realizaron increíbles campañas en la Eurocopa y en el último Mundial de Fútbol de Rusia.
Los recursos humanos de los islandeses son asombrosos. Pero también tienen su lado oscuro. Estos dos extremos son lo que más llama la atención de Trapped, una serie policial realizada en Islandia con una calidad asombrosa.
La aparición de un cuerpo desmembrado en un pequeño pueblo del norte de la isla es el puntapié inicial de la historia que tiene como protagonista a un policía tan corpulento como bonachón.
Uno podría imaginarse a los islandeses como tipos fríos y distantes, pero la serie que se puede ver por Netflix muestra otra cosa: su lado más emocional.
También se puede ver su naturaleza tan bella como salvaje y las condiciones extremas en la que viven sus habitantes.
La serie muestra algo que es propio de la naturaleza humana, por muy diferente que sea su forma de vivir: aún en el paraíso se puede encontrar el mal.
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