Entre el 10 y 11 de mayo de 1940 se produjo una de las más grandes victorias estratégicas de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial: la toma de la fortaleza de Eben-Emael, en Bélgica.
Paracaidistas alemanes al mando de Rudolf Witzig, aterrizaron en la parte superior de la fortaleza sirviéndose de silenciosos planeadores y usaron explosivos y lanzallamas para acabar con las defensas exteriores del fuerte belga, considerado inexpugnable.
En dicha operación tan solo 85 paracaidistas fueron desplegados en planeadores a la media luz del alba y tomaron a unos 750 defensores por sorpresa, quienes se rindieron en pocas horas al ser superados tácticamente.
Posteriormente, como capitán, Witzig estuvo a cargo de la 9a Compañía del Regimiento de Asalto Paracaidista.
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Fuente: “Knights of the Wehrmacht Knight's Cross Holders of the Fallschirmjäger”, de Franz Kurowski

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