ChatGPT provocó una revolución.
El chatbot de OpenAI abrió la puerta a la Inteligencia Artificial y modificó el presente y el futuro de Internet.
Mientras el tan anunciado despegue de la realidad virtual a través de Meta parece haber quedado sólo en una expresión de deseo, ChatGPT hizo tambalear el equilibrio de la Web 3.0
Especialistas aseguran que el dominio de Google sobre las búsquedas y el mercado publicitario podría correr serio peligro si ChatGPT se conecta a la web (en su versión libre el chatbot funciona desconectado).
Esto obligó a Google a hacer un movimiento para no quedar fuera de juego y a mostrar las cartas.
Esta semana finalmente el gigante de Internet decidió mostrar en qué está trabajando desde hace dos años, cuando dio a conocer su Modelo de lenguaje para aplicaciones de diálogo (LaMDA, por sus siglas en inglés).
La aparición de ChatGPT obligó a Google a apurar la creación de su propio chatbot basado en LaMDA: se llama Bard.
¿Qué es Bard? Bard es un servicio de inteligencia artificial conversacional experimental, según Sundar Pichai, director ejecutivo de Google and Alphabet, en el blog de la empresa.
Añade que “Bard busca combinar la amplitud del conocimiento del mundo con el poder, la inteligencia y la creatividad de nuestros modelos de lenguaje a gran escala”.
A diferencia de ChatGPT, explicó Pichai, "Bard se basa en información de la web para proporcionar respuestas actualizadas y de alta calidad".
“Bard puede ser un lienzo para la creatividad y una plataforma de lanzamiento para la curiosidad, ayudando a las personas, por ejemplo, a explicar los descubrimientos del Telescopio Espacial James Webb de la NASA a un niño de 9 años, o aprender más sobre los mejores delanteros del fútbol del momento, y así desarrollar sus habilidades”.
Si bien no se especificó cuándo se pondrá a Bard a disposición del público, el lanzamiento podría provocar un profundo impacto en todas las tecnologías de la información.
Y también podría provocar una “guerra” de gigantes por el dominio de Internet con consecuencias (esperemos que positivas) inimaginables.
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