La revista Lilith comenzó a publicarse en plena dictadura militar, con la intención de abrir la puerta a la resistencia cultural. Ya han transcurrido casi tres décadas de aquella aventura y los tiempos han cambiado.
Sin embargo, en esta segunda época, Lilith, que reapareció hace dos años, es todavía una revista de resistencia. Ya no contra la represión política, contra la censura. Ahora los peligros que debe enfrentar la cultura son otros, más difusos y sutiles.
Pero los el objetivo de la publicación es el mismo: acercar herramientas para el lector pueda pensar, una actividad subversiva en estos tiempos de Internet, Reality Shows y reformas educativas anuales.
Lilith, que siempre incluye en sus páginas a algún necochense, reaparece en nuestra ciudad con dos números: el 5 y el 6, y un aire cada día más popular.
El primero de estos números incluye una ilustración de tapa con aires de revista de cómics de los años 70: un King Kong enfurecido con una chica rubia en una mano en medio de la selva africana.
El número 6 recupera una vieja fotografía en sepia de Juan Moreira.
Los temas rondan la literatura popular, la ciencia ficción, el cine, la política y la música. También hay entrevistas, cuentos y poesías, acompañados por ilustraciones viscerales, colages o fotografías.
En el número del verano pasado se destaca un extenso artículo sobre Howard Phillips Lovecraft y su libro inédito de poesía "Hongos de Yuggoth".
También artículos sobre Antonín Artaud y King Kong, el famoso mono nacido en las pantallas de cine. Además, una nota sobre Cayetano Santos Godino, el macabro "Petiso Orejudo".
En tanto, el número 6 vuelve tras los pasos de Juan Moreira, Oscar Wilde y Jacobo Fijman en la obra de Marechal. Además, fotografías de Ivan Tallaferro.
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