Según relata Eduardo Escobar en su libro “Necochea, ciudad progresista y poética”, hasta la llegada del automóvil, “los medios de locomoción eran bicicletas, caballos y carruajes y antes de la llegada del tranvía, según se dice, para hacer el trayecto del pueblo a la playa, se empleaba un carro con toldo y banquitos”.
“El primer automóvil que llegó y que vimos pasar por las calles con la consiguiente admiración y sorpresa, fue el del señor Olivera y después otro del doctor Mariano Echegaray, galeno aquí radicado”, explicaba Escobar.
Se cree que el primer auto llegó en 1911. “Acostumbrados como estábamos a ver nada más que la tracción a sangre, fue un acontecimiento y una novedad sin límites”, señaló Escobar en su libro, publicado 20 años más tarde.
“Chiquito como el primer modelo de automóviles, recorría las calles con su fuerte ruido y envuelto en su humo. La polvareda se levantaba a su paso y para hacer un viaje, por ejemplo de veinte cuadras, no se podía precisar con exactitud en cuántos minutos o cuántas horas se podía llegar”, añade la crónica.
“Era cosa que a lo mejor había que bajarse repetidas veces a revisar el motor que se le antojaba no seguir marchando”, concluye Escobar.

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