Hace unos días Fernando Rivarola fue uno de los chefs que animó la feria gastronómica "Destapando la olla", que se realizó en nuestra ciudad. Unos meses antes había estado en Brasil, en el XV Festival de Cultura e Gastronomía Tiradentes de Minas Gerais.

Si bien este joven chef de 36 años nació en San Cayetano, desde hace años que su vida está estrechamente ligada a Necochea. “Me crié entre Bahía Blanca y Necochea, donde desde hace 25 años está radicada mi madre, mis hermanas, tíos y primos”, explicó.Cursó sus estudios primarios en la Escuela Nº 7 “Juan B. Alberdi” y la secundaria en Escuela Técnica Nº 3.“De allí conservo la gran mayoría de mis amigos de la infancia”, señaló Fernando.
Hace nueve años que vive en Buenos Aires con su esposa Gabriela, quien comparte su pasión por la cocina. “Me acompaña en mis locuras gastronómicas por el mundo”, dijo.
En Capital ambos son propietarios del restaurante El Baqueano, especializado en carnes autóctonas y productos endémicos de la Argentina.

La vocación
Fernando cree que no existió un solo motivo para elegir su profesión. “Tengo muchos recuerdos de mi infancia asociados a momentos culinarios o gastronómicos”, explicó el chef, que pasó la mayor parte de su infancia y adolescencia en Necochea.
“Mi padre cazaba y pescaba mucho. En mi casa siempre se hicieron comidas caseras, panes, pizzas, pastas, salsas de domingo, tortillas de cardo, conservas caseras”, señaló. “En aquel momento era impensado comprar comida hecha fuera de casa, no solo por la cuestión económica, sino también por una cuestión nutricional”.
“Mis recuerdos de pequeño son de estar siempre molestando y preguntando cosas dentro de una cocina. Quizás inconscientemente allí fui mamando el amor por la cocina”, afirmó.
Lo cierto es que al poco tiempo de finalizar sus estudios secundarios Fernando se decidió a estudiar cocina y lo hizo en el Instituto Superior de Artes Culinarios de la ciudad de Mar del Plata.
Cuando comenzó “las escuelas de cocina aún duraban 3 años, enseñaban 24 materias, además de la especialidad y te hacían asistir a clases doble turno, algo que en la actualidad se ha perdido o flexibilizado, haciendo de la profesión algo bastante diferente a lo que yo viví”, dijo Fernando.
“Por eso estoy muy orgulloso de la enseñanza que recibí. Hoy las escuelas de cocina son lugares completamente diferentes, blandos, donde los chicos salen casi sin conocimientos y con un bagage de exigencias que van en contra de los intereses y las necesidades de la profesión y la vocación”, comentó.
“Me gusta pensar que son los buenos profesionales los que prestigian a las instituciones y no a la inversa, debemos terminar con la cultura del ‘chapeo’, que tanto daño nos ha hecho a los argentinos. Hoy los jóvenes aprendices de cocina se van tres meses a limpiar sardinas a restaurantes de 3 estrellas y ya tienen la carrera hecha, me parece un concepto, no solo alejado de la realidad sino también falaz”,

Por el mundo
Fernando trabajó desde el comienzo de su carrera en nuestra ciudad y asegura que conoce a “todos los que alguna vez han sido referentes de la ciudad, pero también conservo grandes amistades de mi paso por la gastronomía, como Gabriel Choperena, con quien compartí muchos emprendimientos y es quizás uno de los cocineros que siempre han estado en la primera plana de la cocina necochense”.
Desde hace cinco años Rivarola tiene su propio emprendimiento culinario en el barrio de San Telmo, junto a su mujer Gabriela, que también es jefa de sala y sommelier del restaurante.
Fernando y su esposa se enfocaron desde el principio en brindar el mejor servicio y con el tiempo obtuvieron el reconocimiento local y también extranjero. En 2009 fue elegido como uno de las “50 Hot Tables” del mundo por la revista de viajes y turismo Condé Nast Traveller.
Al año siguiente recibió el premio “Tendencias gastronómicas” como mejor restaurante de cocina argentina.
“Este año llegó el reconocimiento mayor, ya que fuimos elegidos en un evento realizado en la ciudad de Lima (Perú) en el puesto Nº 39 de entre 50 restaurantes prestigiosos de Latinoamérica, por la reconocida lista de los ¨50 Best Latam”, organizada por la revista británica ¨Restaurante¨ y patrocinada por San Pellegrino, que cuenta con el aval de 250 críticos internacionales que recorren el mundo visitando y probando las diferentes experiencias”, dijo Fernando.
“A pesar de éstos premios, nos gusta pensar que todavía estamos lejos de alcanzar la meta principal que es la de acercar a la gente a la gastronomía y comenzar a utilizarla como una herramienta social, no solo como consumo de lujo”, dijo Rivarola.
El chef, que es uno de los impulsores del proyecto Cocina sin fronteras, ha tenido oportunidad de viajar y cocinar en varios países y dice que “si bien Argentina tiene potencial, aún nos falta muchísimo para siquiera estar cerca de las potencias gastronómicas que son Perú y Brasil, donde se vive y se siente la gastronomía en todos los ámbitos de la vida”.
Rivarola también festejó la realización en nuestra ciudad de la feria gastronómica “Destapando la olla”. El evento también le permitió reencontrarse con su amigo Gabriel Choperena. “Desde el primer día me sedujo la idea de estar al lado de la ciudad que me vio, crecer apoyando en lo que estuviera a mi alcance. El sábado estuvimos cocinando con Gabriel Choperena y mi equipo y la pasamos muy bien, reivindicamos al salmón blanco como producto local”, explicó.
“Y el domingo en el Centro Cultural a la gente se la vió muy interesada y divertida, en las ponencias y aulas, quizás es un buen indicio que el gobierno no debería dejar ver y empezar a mirar la gastronomía como recurso turístico”, señaló.

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