La pandemia del COVID-19 plantea un desafío sin precedentes para la educación. Hasta el momento, más de cien países han tomado la decisión de cerrar temporalmente sus escuelas para evitar la propagación coronavirus, afectando a 850 millones de alumnos. La intención es que los niños y adolescentes continúen estudiando en sus casas para no interrumpir su aprendizaje. La UNESCO ha emitido una decena de consejos para hacer más eficiente ese periodo.
Como respuesta inmediata a los cierres masivos, la UNESCO ha establecido un grupo de trabajo para brindar asesoramiento y asistencia técnica a los Gobiernos que trabajan con el objetivo de proporcionar educación a los estudiantes fuera de la escuela.
Además, la agencia de la ONU ha echado a andar una coalición mundial que reúne a socios multilaterales y al sector privado, entre ellos Microsoft y GSMA, para ayudar a los países a desplegar sistemas de aprendizaje a distancia a fin de reducir al mínimo las perturbaciones educativas y mantener el contacto social con los alumnos. Leer recomendaciones

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